lunes, mayo 29, 2006

El Soldado Oryan se fue, ahora es leyenda.

De repente abrí el blog y sinceramente hubiese deseado que mis sensaciones acerca del último fin de semana, hubiesen estado plasmadas ahí, como por arte de magia, como si un adivino pudiera hacer lo suyo con mis sentimientos y editar mi blog.
Pero no, soy yo, ahora, el que escribe esto. No quiero ni escribir literariamente, ni usar técnicas, ni que a la gente le agrade. En estos momentos escribo desde lo más profundo del corazón, porque ha muerto un Orellana, un tío, un cercano. Y tengo el corazón en mi mente, piensa por mi.

Todo iba bien, estaba mejorando lentamente, pero mejorando al fin y al cabo. Supuestamente el peligro había pasado. Se ponían de acuerdo lo que decían los doctores con lo que yo quería creer, pero repentinamente, y tal como ha ocurrido con un montón de hechos menores este semestre, tenía que llegar la noticia negativa.
El sábado a las 11 de la mañana fuimos informados de que Claudio Orellana Urzúa, mi tío, hermano de mi padre, había fallecido en la madrugada, en la sala de infecciosos del Hospital de Rancagua, sólo.

Por esas cosas que tiene el destino, mi abuela como nunca en estos dos meses de procesión, fue sola a verlo. Pero no estaba en su habitación, la hicieron dar vueltas y vueltas mientras lo buscaba, en momentos en que ella ya sospechaba algo extraño. Luego de más de media hora le informaron que su hijo había fallecido. Ella recibió sin la compañía de nadie la noticia y nos informó por teléfono.

Hoy fue el velatorio en la iglesia de la Villa Portales, lugar que ha visto transcurrir las vidas de toda la familia Orellana. Lamentablemente son estos ingratos momentos los que logran reunir a toda la familia, al gran clan Orellana también conocido como “Orellanilandia”. Estábamos prácticamente todos los primos, los tíos, los hermanos de mis abuelos, los primos de mi viejo, en fin, un choclón de gente, muchos de los cuales solo había escuchado hablar en chispeantes anécdotas.
Fue grato saber que ha pesar de que no nos vemos tan seguido, hay una hermandad de sangre, que no se rompe con nada. Ver como nos apoyamos mutuamente en el dolor: Es un cariño, una fraternidad muy difícil de explicar y que nace espontáneamente. Me sentí abrigado al estar con los míos, pero más aún sentir que también abrigaba en momentos de gélido dolor.

Nunca se me había muerto un cercano, jamás había tenido conciencia de aquello. Son momentos difíciles en que uno se shockea y no sabe bien como reaccionar. Los Orellana se caracterizan por tener un espíritu alegre y ser muy buenos para la talla, de esta forma, íbamos de manera intermitente entre las carcajadas y el llanto. Como no destacar el espíritu del Coke, el hijo del fallecido, quien aún con lagrimas en los ojos, lanzaba comentarios que nos hacían estallar en risa.
Mis abuelos son un cuento aparte, están sufriendo y mucho, al estar enterrando a su hijo cuando la lógica indica que debería ser al revés, por eso es que intentamos entregarles todas nuestras fuerzas. Al igual como trato de entregar fuerzas a mi viejo, que ha asumido toda la carga burocrática que hay que enfrentar en caso de un fallecimiento. Ni siquiera ha tenido tiempo de llorar espero que pueda hacerlo y encontrar la paz interior.

Claudio vivió como quiso, gozó la vida al máximo y ahora comienza a ser una leyenda. Famoso en el persa Biobio y también en el de la Estación Central, mañana la caravana fúnebre guiará su paso por el frontis del Persa Estación, donde gran parte de sus amigos le rendirán un último homenaje, al karateka, el comando, el Soldado Oryan, apodo que llevará inscrito en su tumba por pedido de su señora.
Deja 11 hijos, que ahora verán a su padre, en una lápida al medio de un parque de flores y césped.

He sufrido, como dice el dicho, he llevado la procesión por dentro, he llorado. Pero trato de no hacerlo público para no preocupar a los demás y que se ocupen de los que realmente importan ahora, mis abuelos, su(s) señoras y sus hijos.
Este semestre había sido realmente negro para mí, y este fatídico último hecho parece ser la guinda del postre. Hasta antes de esto pensaba para mis adentros, Pablo, echale pa adelante, todo tiene solución menos la muerte. Pero la muerte tocó la puerta, como si no fuera suficiente con todos los problemas y hechos negativos que me han ocurrido en el último tiempo.

Pero estos hechos duros sirven para reflexionar y lo he hecho bastante. Por primera vez en mi vida vi a un ser querido dentro de una cripta. En primera instancia me acerqué, lo vi unos segundos y me fui. Quería prepararme un poco más. Me acerqué nuevamente, vi su rostro tranquilo y sereno. Sin importar lo que ocurría alrededor me puse a conversar con él. Le dije “putah tío ahora que estay allá arriba, cuídate y cuídanos, cuida a tus taitas que están pa la cagá, cuídalos harto. Desde ahora conversaré contigo, te pediré cosas y tu estarás siempre arriba”. Esa conversación me anduvo tranquilizando un poco.

Luego reflexioné sobre lo de que “todo tiene solución excepto la muerte”. Trato de verlo desde un lado positivo y veo que la vida es más rápida de lo que uno piensa, uno no tiene todo el tiempo del mundo para hacer las cosas. Hoy cargué con mi primer muerto y espero sacar cuentas positivas de esto. Acabo de entender que no hay que dejarse estar, no hay que dejar pasar el tiempo pues en cualquier momento puede darse un final inesperado a la vida. Entendí que mas que reflexión, lo que necesito es acción. Creo que cambiaré algunas cosas de la vida a partir de lo que ocurrió en este fin de semana, quiero reaccionar y salir de una vez por todas de toda la mala suerte que me ha rodeado en algunos momentos.

Tengo una primera decisión tomada, no dejaré más que el tiempo transcurra como el agua de los ríos se pierde en los mares. Tomaré la iniciativa, repararé mis errores y me la jugaré, un ciento por ciento, creo que ya no hay otra forma de hacer las cosas. Creo que puede ser la solución a los problemas, a mi mala vida. Esa mujer me ayudará, será por ella y con ella.

Además de que ahora cuento con el soldado Oryan mirándome desde arriba y favoreciéndome, en esa estrella que vimos todos en su funeral y que se apagó lentamente, pero dejó de iluminar en la Tierra y ahora me alumbra desde el cielo.

Contigo siempre y tu ahora siempre conmigo y con nosotros desde el cielo.
Cuídate mucho Claudio.

lunes, mayo 08, 2006

El poder de América

Mucha atención, el siguiente es un discurso de un descendiente de un antiguo cacique andino, reivindicando los gigantes prestamos que hizo América a Europa.

Supuesta exposición del cacique Guaicaipuro Cuatemoc ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea (08/II/02), la cual figura en distintos sitios de la Red sin datos precisos acerca de la existencia del personaje, del evento y de la eventual autenticidad de su discurso, pero que sirve para hacer pensar. El cacique Guaicaipuro conocido falleció cerca de 1560, habiéndose destacado por la tenaz resistencia con que enfrentó a los españoles que buscaban míticos tesoros de oro en Venezuela.

"Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatemoc, he venido a encontrar a los que celebran el encuentro. Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace solo quinientos años. Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.

El hermano aduanero europeo, me pide papel escrito con visa, para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo, me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme. El hermano leguleyo europeo, me explica que toda deuda se paga con intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.

Yo los voy descubriendo.

También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre los años 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de Plata. ¿Saqueo?: ¡no lo creyera yo!, porque sería pensar que los hermanos cristianos fallaron en su Séptimo Mandamiento. ¿Expoliación?: ¡guárdame Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!. ¿Genocidio?: eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a los ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos.

¡NO!. Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios Yo, Guaicaipuro Cuatemoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis. Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan "Marshall Tesuma", para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y logros superiores de la civilización.

Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿ han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional?. Deploramos decir que no. En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en las armadas invencibles, en los terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin el canal. En lo financiero, han sido incapaces, después de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee el Tercer Mundo.

Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman, según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar. Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarle a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta del 30 % de interés, que los hermanos europeos les cobran a los hermanos de Tercer Mundo: nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10%, acumulado sólo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia.

Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300, es decir, un número para cuya expresión total serían necesarias más de 300 cifras y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra.

Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían calculadas en sangre.? Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero, y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.

Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos, pero sí, exigimos la firma de una carta de intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica..."